1186 - Ezequiel 19. La parábola de lamentación por los príncipes. Ez 19:1-4

Descansando en Dios - En podkast av Francisco Atencio

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1186 – Ez 19:1-4 – Ezequiel 19. La parábola de lamentación por los príncipes.Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel. Dirás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! Entre los leoncillos crió sus cachorros, e hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a arrebatar la presa, y a devorar hombres. Y las naciones oyeron de él; fue tomado en la trampa de ellas, y lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto.Ezequiel concluyó esta sección (Ez 12-19), acerca de lo inútil de tener un falso optimismo que Dios no enviaría juicio a Judá, elevando un lamento o endecha por Israel y sus líderes. Esta es la primera de cinco endechas que aparecen en el libro (Ez 26:17-18; 27; 28:12-19; 32:1-16). Tres de los otros lamentos fueron dirigidos contra Tiro, y el cuarto fue por Egipto (Ez 32:1-16). Una “endecha” era un poema funerario que generalmente se recitaba en honor de un muerto y que destacaba las virtudes del que moría y la tragedia o pérdida que producía su muerte (2Sa 1:17-27). Ezequiel utilizaba ilustraciones para comunicar muchos de sus mensajes. Con la ilustración de la leona y sus cachorros, provocó la curiosidad de sus oyentes. La leona/madre (Ez 19:2) y la vid/madre (Ez 19:10) es la nación de Israel. Ella era la que había elevado a sus reyes, pero tuvo que ver su destrucción, y ella también iría al cautiverio. Los dos cachorros eran dos de sus reyes. El primer cachorro fue el rey Joacaz, quien fue llevado en cautiverio a Egipto en 609 a.C. por el Faraón Necao. El segundo cachorro era el rey Joaquín, quien ya había sido llevado en cautiverio (2Re 24:8). Finalmente, se llora la caída de Sedequías, quien se presenta como una viña fructífera, pero que fue quemada (Ez 19:10-14). La parábola, muestra que para Judá, no había esperanza alguna de un regreso rápido del exilio y ningún escape de los ejércitos babilonios que se acercaban. Ni siquiera el poder político ni militar de los reyes de Judá podían salvarla. Como ramas de una vid, serían cortadas y desarraigadas por el "viento solano", el poderoso ejército babilónico. (Ez 19:11-12). Los tres reyes fueron juzgados por su orgullo y rebelión. La endecha se cantó por toda la dinastía davídica y la “muerte” de su gobierno. Este juicio vendría sobre los líderes del pueblo a causa de su maldad y la forma en que desviaron al pueblo del camino de Dios. Por eso, el juicio sobre los líderes sería más fuerte que el del pueblo. Los líderes del pueblo de Dios tienen una gran responsabilidad de dar el ejemplo y la enseñanza correcta para que Dios no le responsabilice de desviar a los demás. Por lo cual, Santiago advierte: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.” (Stg 3:1).1. Lamento por el cachorro Joacaz. (Ez 19:1-4). “Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel.” (Ez 19:1). “Príncipes, leoncillos” fue el título que dio Ezequiel a los reyes que residían en Jerusalén. Primero, lamenta la cautividad del rey Joacaz en Egipto (Ez 19:1-4; 2Re 23:31-35). Israel, la leona, hizo subir uno de sus cachorros, el cual vino a ser leoncillo poderoso (un rey). Ese leoncillo fue Joacaz, quien ascendió al trono después de la muerte el rey Josías. Reinó sólo tres meses y luego es depuesto por el faraón Necao II. Fue llevado con grillos a Egipto donde murió en cautiverio (2Re 23:31-34; Jer 22:11-12).2. Lamento por el cachorro Joaquín (Ez 19:5-9). “Viendo ella que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros, y lo puso por leoncillo.” (Ez 19:5).