1155 - Jeremías 14-15. La sequía profética. Jer 15:19
Descansando en Dios - En podkast av Francisco Atencio
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1155 – Jer 15:19 - Jeremías 14-15. La sequía profética.Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.El sexto mensaje general de Jeremías es utilizado para ilustrar que el juicio que se acercaba sería muy severo como la sequía. Dios dejaría la tierra desolada por causa del pecado de sus escogidos. “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jer 17:7-8).1. Desesperación por la sequía (Jer 14:1-6). “Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén. Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas.” Este juicio era por desobediencia a la Palabra de Dios (Lv 26:18-19; Dt 28:22-24). Jeremías ya había mencionado que Dios usaría la sequía (Jer 3:3; 12:4). La gravedad de la sequía hizo que Jerusalén clamara a Dios. No había lluvias y el agua se terminaba. Igual es la sequía espiritual al apartamos de la fuente del agua de la vida eterna y beber de falsas fuentes. “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jer 2:13). Jesús respondió a la mujer samaritana en el pozo de Jacob: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (Jn 4:13-14). 2. La petición debido a la sequía (Jer 14:7–15:4). “Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado.” La gravedad de la sequía hizo que el pueblo clamara a Dios pidiendo liberación y lluvia (Jer 14:7-9). Dios parece que está aceptando el falso arrepentimiento de Judá, pero manda a Jeremías que no orara más por ese pueblo. “Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien. Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.” Dios tampoco aceptaría los holocaustos y las ofrendas (Jer 14:10-12). Jeremías interrumpe a Dios recordando que los profetas hablaban de paz (Jer 14:13-16). Dios responde que son falsos profetas porque Él no los había enviado y serían castigados por sus mentiras. El pueblo vuelve a hacer un falso clamor recordando a Dios sus promesas “¿Has desechado enteramente a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste herir sin que haya remedio? Esperamos paz, y no hubo bien; tiempo de curación, y he aquí turbación. Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.” (Jer 14:19-22). Dios responde al hipócrita arrepentimiento de Judá (Jer 15:1-4). El castigo por el pecado era inevitable. Aun, si Moisés y Samuel clamaran por ellos, Dios no intervendría.
